Los inicios
El surgimiento de SERPAJ está relacionado con el movimiento social en resistencia y oposición No Violenta a las dictaduras latinoamericanas durante la década de los 60´s y 70´s; y la intención articulada de un sector de obispos de la época en la búsqueda de valores como la paz, justicia y protección de DDHH.
En 1962, el Concilio XXI convocado por el Papá Juan XXIII, instó a todos los obispos del mundo a promover la adaptación de la iglesia a las nuevas realidades para transmitir el evangelio con un lenguaje comprensible para cada Pueblo.
Posteriormente, en 1968 el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) fue convocado por el Papa Pablo VI; de ahí emerge un movimiento latinoamericano de obispos en busca de la aplicación de los Decretos emitidos en el Concilio XXI.
Producto de esto, se creó la Comisión de Justicia y Paz, articulándose con la misión de promover en los Pueblos de América Latina la justicia social, paz, solidaridad y cuidado de la naturaleza; tomando en cuenta las situaciones que impactaban a las comunidades con motivo de propiciar fuerza en la unidad y acción pastoral.
Así, se empieza a articular un movimiento social que no estuvo restringido a la iglesia católica, sino que articuló a un movimiento social eclesiástico amplio. Mientras esto ocurría, en América Latina se vivía de manera sistemática un proceso de militarización y emergía movimientos revolucionarios a los regímenes totalitarios de la época; movimientos que fueron impulsados por activistas dentro de los cuales se reconoce a Adolfo Pérez Esquivel quien articuló un movimiento social impulsado por la lucha pacífica.
En 1973, Adolfo, fundó el periódico Paz y Justicia que pronto se convirtió en la cumbre del movimiento pacifista y de defensa de los Derechos Humanos en latinoamericana, y el “Movimiento Ecuménico Paz y Justicia” con diversos grupos cristianos. (Para ampliar sobre la bibliografía de Adolfo Pérez Esquivel puede visitar el siguiente enlace:
Para 1974, el movimiento eclesiástico se reúne con otros movimientos sociales en Medellín, Colombia. Fue en aquel encuentro, donde el movimiento impulsado por Adolfo asumió el nombre “Servicio de Paz y Justicia” (SERPAJ), teniendo dentro de sus principios fundacionales el trabajo por la justicia como medio generador de paz social mediante la No Violencia Activa (NOVA).
Posteriormente, el 10 de diciembre de 1980, a Adolfo le es otorgado el Premio Nobel de la Paz en reconocimiento de su impronta en la articulación de un movimiento social con métodos de lucha desde la No Violencia en oposición a la violencia sistemática de las dictaduras latinoamericanas de la época, manifiestas en desapariciones forzadas, violaciones, torturas, asesinatos; lucha que enfrentó junto a muchas personas activistas por los DDHH y de la que fue sobreviviente de los vuelos de la muerte.
Más adelante, se reconoció que el mensaje de solidaridad, vinculada con la lucha de los Pueblos, necesitaba ser ampliada. Es así como en un encuentro de solidaridad en 1989, en apoyo con la situación política de Nicaragua, SERPAJ comenzó a articularse a través de distintos secretariados en Latinoamérica, formando así el SERPAJ-AL, movimiento que al día de hoy se mantiene vigente.
Desde entonces, SERPAJ-AL, logró Status Consultivo en Naciones Unidas (ECOSOC). Asimismo, mantuvo relaciones con la UNESCO, Categoría «C». En 1987 le fue otorgado el Premio Internacional de la UNESCO, en 1988 recibió el Premio Mensajero de la Paz de la ONU, y en 1995 recibió reconocimiento «COMÚN-UNIDAD», Amigos de las Naciones Unidas.